Ofrenda o Diezmo?

Los Testigos de Jehová practican la ofrenda, a la que llaman Contribución y esta va dirigida hacia 3 aspectos: la Obra Mundial, la Predicación y la construcción o mantención de Salones del Reino. Su propósito es aumentar y fomentar el Reino de Dios. Ellos se basan en lo que dice la Biblia en 2 Corintios 9:7:
"Que cada uno haga tal como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre."
Estas contribuciones son también utilizadas para brindar apoyo a las personas que lo necesitan. Cada quien da lo que esté a su alcance. Es de forma monetaria pero también puede ser de forma material; es decir, cosas materiales que tal ves para nosotros ya no tengan ningún uso pero para otra persona puede ser de mucha ayuda. Todo es bienvenido pero nada es obligado.
En muchas ocasiones, con éste dinero se hacen obras sociales para las personas menos favorecidas ya sean de la misma comunidad de hermanos, o de fuera.

Es importante hacer incapié en que ningún líder de las Testigos de Jehová recibe remuneración monetaria por su labor. Cada uno de ellos tiene trabajo como personas normales, no ocupan la religión como un medio diario de subsistir. Es decir, para ellos la religión es un estilo de vida, no un trabajo del cual reciban paga.

  • Los Cristianos no han de pagar el Diezmo.
En ningún momento de les ordenó a los cristianos del primer siglo que pagasen diezmos. El propósito principal de pagar el diezmo bajo la ley había sido el de apoyar al templo de Israel y su sacerdocio. Por consiguiente, la obligación de pagar el diezmo cesaría cuando el pacto de la ley mosaica finalizase, habiéndose cumplido con la ley de Cristo en el madero de tormento. Este hecho lo encontramos mejor explicado en Efesios 2:15 y Colosenses 2:13, 14. Es cierto que los sacerdotes levíticos continuaron sirviendo en el templo de Jerusalén hasta que fue destruido en el año 70 E.C., pero los cristianos, desde 33 E.C., llegaron a ser parte de un sacerdocio espiritual nuevo, un sacerdocio que no era mantenido por diezmos.

Como cristianos, se les animaba a apoyar el ministerio cristiano tanto por su propia actividad ministerial como por sus contribuciones materiales. En vez de dar cantidades fijas para sufragar los gastos de la congregación, habían de contribuir 2según lo que tenía la persona", dando "como lo había resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre." Se les animó a seguir el principio: "Que los ancianos que presiden excelentemente sean tenidos por dignos de doble honra, especialmente los que trabajan duro en hablar y enseñar. Porque la escritura dice: ´No debes poner bozal al toro cuando trilla el grano´; también: ´El trabajador es digno de su salario´". Sin embargo, el apóstol Pablo puso un ejemplo tratando de no convertirse en una carga económica indebida para la congregación.